
- Se suman al acosador y participan abiertamente en el maltrato.
- No participan directamente, pero aplauden, jalean y se ríen.
- Adoptan una actitud pasiva de no intervención por miedo a que, si intervienen en favor de la víctima, el agresor actúe contra ellos. Por esta razón, no se atreven a denunciar la situación.
¿Cómo se construyen los roles?
En resumen, a menudo lo hacen para ganar estatus dentro del grupo, por inseguridad, por imitación de modelos negativos o por falta de habilidades para gestionar sus emociones.
¿Y las víctimas? ¿Existen factores que puedan hacer a un niño o niña más proclive al acoso?
El I Estudio sobre el acoso escolar y el ciberacoso en España en la infancia y la adolescencia, elaborado por la Fundación ColaCao y la Unidad de Psicología Preventiva de la Universidad Complutense de Madrid, preguntó a las víctimas qué características propias atribuyen a su victimización: el 52,9% afirma que su aspecto físico es el motivo principal. Dentro de este dato, cabe considerar que el 26,6% relaciona dicha situación con ser más gordo/a. El siguiente motivo (44,2%) es el de desafiar los estereotipos sexistas: no comportarse como el resto de chicos o de chicas; el tercero es “porque me tienen envidia” (42,2%) y el cuarto se refiere a situaciones de indefensión y aislamiento (41,1%), poniendo este último de manifiesto la importancia de las amistades para detener el acoso.
Cualquier persona puede convertirse en víctima de bullying, pero hay colectivos vulnerables entre los que se puede dar una mayor incidencia de acoso escolar:
-Personas que muestran características individuales como timidez, inseguridad o alguna diferencia física o social.
-Niños/as con menores habilidades sociales para integrarse en el grupo.
-Estudiantes con una baja autoestima (que también es consecuencia del acoso que recibe) y/o poca red de apoyo en el aula.
-Niños o niñas que hayan sido víctima de acoso previamente.
Es fundamental entender que estos factores no justifican ni definen de forma permanente a ningún niño o niña. Todos pueden cambiar y crecer si reciben el apoyo adecuado.
Educación y prevención: las herramientas clave
- PASO 1- REPITE CONMIGO: SOY ÚNIC@ Y AUTÉNTIC@: el alumnado trabaja las competencias emocionales de manera que entienda e interiorice que cada persona es diferente; así como el autoconocimiento, el fomento de la autoestima y la gestión de las emociones.
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PASO 2- REPITE CONMIGO: TOD@S SOMOS DIFERENTES: Ayuda a entender a tu alumn@s que, al igual que ellos y ellas son especiales, el resto también lo es y que todo el mundo tiene unas capacidades propias que aportan valor al grupo. Se trabajan la asertividad, la empatía y la tolerancia, el respeto por la diferencia y el valor del grupo-aula.
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PASO 3 - ¡JUNT@S CONTRA EL ACOSO ESCOLAR!: Ayuda al alumnado a pasar a la acción, e identificar de forma clara qué es el acoso escolar, así como las acciones y actitudes que lo frenan.