La vuelta al cole suele ser vivida por niños y familias como un momento de ilusión, reencuentros y nuevos comienzos. Este regreso, que marca el final del verano y el inicio de un nuevo ciclo escolar, es un momento crucial para establecer nuevos hábitos y las bases de lo que va a ser el nuevo curso.
Para ello, es importante que tanto las familias como los docentes tengan claro cuáles van a ser las prioridades que se van a marcar para trabajar con los niños y las niñas, y uno de las más importantes, por su alta implicación en el bienestar emocional del alumnado, es la prevención del acoso escolar.
Según el “I Estudio sobre el acoso escolar y el ciberacoso en España en la infancia y la adolescencia”, realizado por la Fundación ColaCao junto con la Unidad de Psicología Preventiva de la Universidad Complutense de Madrid en 2023, casi 2 estudiantes por clase reconocen sufrir bullying, lo que significa que el 6,2% de los estudiantes entre 4º de primaria y 4º de secundaria han pasado o pasan por episodios de acoso escolar.
Según el estudio, en un 38% de los casos (1 de cada 3), las víctimas ocultan que están sufriendo bullying, lo que demuestra que una de las grandes dificultades a la hora de abordarlo es el silencio que lo rodea, y que dificulta detectarlo a tiempo e intervenir en fases iniciales en la raíz del problema.
Por eso es tan necesario que, de cara al nuevo curso que comienza, familias y docentes sepamos identificar las señales de alarma de acoso escolar, que a menudo se confunden con otro tipo de problemas.
Señales físicas
Tal y como indica la pediatra y divulgadora Lucía Galán, el dolor abdominal recurrente sin una causa médica que lo justifique es una de las señales más claras. Según la experta, hasta un 85% de las consultas por este tema se dan por causas emocionales; y esto no quiere decir que no les duela, quiere decir que es psicosomático. También ocurre con los dolores de cabeza. Suelen darse al atardecer, en el momento de irse a la cama, que es cuando todas las preocupaciones y miedos aparecen. Se trata de un dolor no asociado a fiebre u otras causas médicas; pero que sí puede ir acompañado durante las noches de pesadillas y de terrores nocturnos que se prolongan en el tiempo.
A veces, los niños y niñas que sufren bullying pueden llegar a desarrollar tanto estrés que les provoca tics o incluso una tos que no desaparece y, si han llegado al punto de sufrir agresiones físicas, también podemos detectar que a menudo presentan hematomas o rasguños; o incluso que buscan cambiar su forma de vestir para pasar más desapercibidos.
Señales de comportamiento
Los cambios en el rendimiento escolar o deportivo son muy comunes, y pueden suponer desde una caída de las calificaciones por su dificultad para concentrarse, hasta una mejora excepcional de sus notas, debido a que se refugian totalmente en sus estudios.
Otra señal muy clara es la falta de relaciones sociales. Los niños que sufren bullying, dejan de salir y relacionarse con otros niños y niñas, e incluso de practicar las aficiones que siempre habían disfrutado. Por supuesto, también muestran una falta absoluta de ganas de ir al centro escolar, poniendo todo tipo de trabas para asistir, tanto a las actividades habituales como a las salidas voluntarias.
Su carácter también sufre cambios, y es posible que se muestren más tristes, o con más ira de lo habitual, o incluso con cambios de humor frecuentes. Todo esto puede derivar en trastornos de la conducta alimentaria, episodios de ansiedad e incluso depresiones.
Podemos ampliar la información sobre las señales en este contenido de Lucía Galán para Educando contra el bullying.
¿Qué estrategias y herramientas podemos usar para identificar el acoso escolar?
- Familias:
Tanto para prevenir como para actuar ante problemas emocionales que estén viviendo nuestros hijos, hemos de estar presentes y demostrar una escucha activa. Así, sabrán que estaremos incondicionalmente ahí para ellos y que pueden contarnos lo que necesiten, porque les vamos a escuchar sin juzgar.
Siempre que podamos, debemos hablar de nuestro día a día con nuestros hijos, haciéndoles preguntas abiertas y que inviten a la reflexión; con los más pequeños, podemos incluso hacerlo desde el juego. Y todo ello sin temor a mostrar abiertamente nuestras emociones o incertidumbre abiertamente, ya que ver que sus figuras de referencia también son vulnerables puede ayudarles a no sentirse solos y abrirse sin miedo al juicio.
- Docentes:
Como docentes, muchas veces resulta complicado detectar los casos de acoso escolar, ya que no suelen ocurrir en los momentos en los que estamos delante. Sin embargo, podemos estar atentos a señales de alarma que se dan en el centro educativo como:
- Niños/as que no participan en las salidas de grupo
- Si se dan de manera habitual risas, murmullos o abucheos cuando participan determinados alumnos/as en clase
- Absentismo o malestar continuado de determinados alumnos/as
- Pérdida continua del material escolar
- Cambios bruscos en el estado de ánimo del alumno/a
- Niños o niñas que en los recreos juegan solos, y tienen escasa o nulas relaciones con sus compañeros/as en general
Para detectar y prevenir el acoso escolar, además de estar muy alerta de estas señales, debemos mostrarnos abiertos a dialogar en el aula no solo de asuntos académicos y de rendimiento de nuestras asignaturas, sino de cómo se sienten los niños y niñas, cómo es el ambiente en la escuela… Así, el alumnado encontrará que hay momentos en los que puede abrirse a nivel personal y sentirá más confianza para hablar de sus emociones.
La prevención en el centro escolar y la educación emocional es clave. Programas educativos específicos contra el bullying, como Somos Únic@s, proporcionan gratuitamente materiales educativos adaptados a cada ciclo. Con ellos, podremos trabajar la educación emocional de manera totalmente flexible y adaptada a nuestra programación; potenciando habilidades como la asertividad, el autoconocimiento, el fomento de la autoestima, la empatía o la gestión de las emociones.
Si queréis saber más sobre prevención del acoso escolar y cómo desarrollar estrategias para detectar casos de bullying a tiempo, os invitamos a visualizar esta charla moderada por Lucía Galán, pediatra y divulgadora:
¡El bullying lo paramos entre tod@s!